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Un Diagnóstico que Nos Hace Pensar Sensibilidad dental, cefaleas persistentes, dientes desgastados o fracturados, y restauraciones que no duran lo que deberían… Estos problemas son más comunes de lo que pensamos. Con frecuencia, el diagnóstico que reciben los pacientes es “bruxismo”. Pero ¿es esta la verdadera causa detrás de estas alteraciones? Aunque el bruxismo es un problema real, los estudios indican que solo el 7% de la población lo padece durante el sueño, y el 20% lo experimenta durante la vigilia. Esto plantea una pregunta importante: ¿por qué tantas personas son diagnosticadas como bruxistas? En nuestra clínica, creemos que es fundamental analizar cada caso de manera personalizada, buscando la causa real detrás de los síntomas.

El Dolor que Nadie Ve ¿Te has despertado alguna vez con la mandíbula rígida, como si hubieras pasado la noche apretando los dientes contra el mundo? ¿Sientes esa presión constante en la cara, un dolor que se vuelve parte de ti pero que no puedes explicar ni aliviar? Este es el dolor orofacial, una experiencia que no solo afecta tu cuerpo, sino también tu mente, tus emociones y la forma en que te relacionas con la vida. El dolor orofacial es más que una incomodidad física. Es un dolor complejo, un mensaje que tu cuerpo intenta enviarte, muchas veces de manera desesperada, para que prestes atención. Y aunque puede sentirse como una carga interminable, hay esperanza. Entenderlo es el primer paso para transformarlo.

Con el dolor crónico a menudo se produce la alodinia, la sensación dolorosa que surge de un contacto que normalmente no es doloroso. Ahora, dos grupos de investigadores han identificado la proteína responsable de esta sensación perniciosa. Se trata de la llamada Piezo2.

El bruxismo es un comportamiento que consiste en rechinar los dientes (deslizar o frotar los dientes entre si) durante el sueño, o apretarlos durante la vigilia.